¿Cuantas hemos oido el término Mujeres de “Alto Mantenimiento”? por lo general, se refiere a aquellas mujeres que le damos una gran importancia a la imagen, deseos o necesidades.
por colaboradora que prefirió ser anónima.
Se oye este término sobre todo en el contexto del dating haciendo referencia a que la mujer en cuestión «da mucho trabajo», casi indicando que se preferiría una pareja más «fácil» o que implique menor esfuerzo. Si nos ponemos a pensar, rara vez (si no nunca) nos encontramos con el término «hombre de alto mantenimiento».
En las apps de citas, las personas toman decisiones confiándose en las imagenes que aparecen en el perfil y son aquellas por las que se guian acerca de cómo es la persona en cuestión. Una sentencia anticipada que se convierte en marca de ganado, dificil de eliminar.
Realicé una investigación sobre aplicaciones de citas y coincidencias heterosexuales, encontré que los hombres buscaban presentarse a sí mismos como exitosos, musculosos, guapos, incluso bronceados, en sus fotos de perfil para atraer más matches.
Por el contrario, las mujeres que participaron en mi investigación buscaban retratarse en contra a esta idea cultural y buscaron desarrollar perfiles donde se vieran como «no de alto mantenimiento», para hacerle frente a la expectativa masculina que espera que «nos encojamos» y evitar ser catalogadas como «interesadas». Esto llamó mi atención. Ante la tendencia creciente de una asociación carente de lógica donde socialmente hoy se ubica a la mujer que se arregla, que se cuida, dentro de un estereotipo de mujer «a evitar» pues trae «mucha exigencia».
¿Qué significa «Alto mantenimiento» dentro de la jerga de las citas?
«Alto mantenimiento» era una categoría resbaladiza pero pegajosa definida por características físicas y de comportamiento. Un estereotipo que nos atraviesa a las mujeres y que nos deja encasilladas.
En sus fotos de perfil, la «niña» de alto mantenimiento (como a menudo la describían los hombres y mujeres en mi investigación), probablemente usa «demasiado» maquillaje, uñas perfectas ó ropa ajustada. Estaría vestida para una fiesta (o «salir»). Estaría haciendo pucheros a la cámara al estilo de Instagram, o cargando una costosa cartera de diseñador. Todas estas referencias fueron emitidas como juicios de valor.
El hombre, una vez atravesado por la daga del «alto mantenimiento», dificilmente percibiría a aquella mujer de otra manera distinta que no fuera «esta chica me va a costar trabajo». Si señoras, aquella mujer que ya habría sido percibida como difícil, según aquellos hombres, efectivamente quería cosas y esperaba un alto nivel. Salir con ella implicaría un trabajo y, por lo tanto, una carga financiera.
Como un participante dijo:
«Hay muchas chicas súper atractivas en las aplicaciones de citas […]» pero quiero decir, no puedo permitirme este tipo. Es de un mantenimiento demasiado alto».
Las mujeres dentro de mi investigación buscaron presentarse como «bonitas» pero «relajadas». No querían «intimidar» a una pareja potencial a través de sus imágenes o su comportamiento. Las mujeres, a nivel inconciente, también atravesadas por esta daga del alto mantenimiento, sintiendo que hoy en día quererse, arreglarse, podría generar una primera mala impresión lo que las llevaba a muchas a encogerse, sin notarlo.
Como indicó una mujer participante: una mujer de alto mantenimiento «espera demasiado». Entonces hay que evitar verse de esa manera. «Wow!», pensé.

La necesidad de parecer atractiva y, sin embargo, no de alto mantenimiento significaba que las mujeres tenían que realizar un acto de equilibrio y un esfuerzo conciente para parecer natural, bonita y sin esfuerzo; pero con todo el esfuerzo que implica «que no se note». Todo el «alto mantenimiento» y esfuerzo lo termina cargando la mujer, no para mejorar su aspecto sino ahora intentando no verse encasillada en este esteriotipo.
«Mi look de todos los días es una camiseta oversize y ropa muy cómoda, pero en mi perfil está la foto del festival donde obviamente estoy arreglada y hay otras dos fotos donde estoy con amigos […]» Sí sentí la presión donde se debe al menos lucir bonita, pero al mismo tiempo necesitas lucir cercana, no parecer inalcanzable. Así que supongo que, al mismo tiempo, la gente no se siente intimidada de acercarse a ti.»
Dijo una participante.
Existe esa presión de que necesitas lucir lo suficientemente amigable, pero lo suficientemente bonita, pero no demasiado amigable al mismo tiempo. Es una línea extraña donde por un lado se ven a las mujeres intentando evitar ser estereotipadas y, por el contrario, a los hombres encasillándolas.
Gestión de identidad
Esto no es nada nuevo, especialmente en las redes sociales. Es claramente omnipresente para las niñas y mujeres jóvenes que generalmente se representan como teniendo (o siendo) ó muy poco o demasiado. Demasiado gordo o demasiado delgado; demasiado inteligente o demasiado estúpido; demasiado libre o demasiado restringido.
Aquí, la línea estaba entre la sensualidad y la naturalidad. Las participantes femeninas sintieron la necesidad de verse bonitas, pero también no tan bonitas como para «asustar» a potenciales parejas.

Los atributos físicos, o formas de presentarse, también se combinaron a menudo con comportamientos y expectativas personales en el estudio. En efecto, las mujeres tenían que presentarse a sí mismas como naturalmente bonitas, capaces, sin ningún tipo de expectativa, amantes de la diversión y, lo más importante, tranquilas. Todo para asegurar la comodidad de un hombre.
Oculto detrás de esta declaración aparentemente insignificante, había algo mucho más siniestro. Parecía describir la multitud de formas en que las mujeres se dominan para apaciguar a los hombres: no quejarse, no exigir demasiado, no expresar necesidades, no tener expectativas de apertura emocional o satisfacción.
En efecto, no hacer ninguna de las exigencias, que son los requisitos necesarios para una intimidad basada en relaciones de igualdad y reciprocidad.
En última instancia, la mujer de «alto mantenimiento» es percibida demasiado difícil de manejar, lo que confirmó los estereotipos conocidos de que se espera que las mujeres sean tranquilas, serviles, sin opiniones y siempre dóciles. Que «no deberían» ser difíciles. Todas estas conjeturas, sin que nadie abriera aun la boca.
Se endurecieron los pilares femeninos de que se requiere que una mujer sonría y sea agradable. No sea demasiado abierta y, en última instancia, que no ocupe demasiado espacio. Como si se necesitara cierta invisibilidad, incluso en un espacio de citas, donde ser vista cobra importancia.
One Response
Estuve casado con una mujer que se vehía totalmente normal y hasta perfil bajo pero resultó ser complicada. No gastaba en maquillaje, joyas o tratamientos de belleza pero me costó mas de 300000 dolares de distintas maneras… La moraleja es que no importa como te veas, sino como piensas acerca del dinero. Ahora tengo claro que quiero una mujer que sea independiente económicamente (como debería serlo cualquier adulto, hombre o mujer). La apariencia es importante pero como hombres debemos estar especialmente alertas ya que las mujeres tienden a engañar y ser manipuladoras en todos los aspectos de la vida. No hay mas remedio que conocer a las personas y ser extremadamente excéptico con lo que las personas dicen. Observar con atención lo que hacen e identificar las diferencias con lo que dicen.