A mi mamá, que no me amó.

¿Qué hacer si, en lugar de haber recibido valoración, ternura, aprobación y comprensión de nuestra madre, hemos recibido críticas, desamor, exigencias, abandono o rechazo?

escrito por Juliana Villate MD, medico psiquiatra, psicoterapeuta y homeópata


Son muchísimas las personas, mujeres y hombres, chicos y chicas que han sentido a lo largo de sus vidas que, en lugar de haber recibido valoración, ternura, aprobación y comprensión de sus madres, han recibido críticas, desamor, exigencias, abandono o rechazo. Todas estas personas, además han tenido que sufrir en silencio.

En esta sociedad donde los padres están en la cúspide de la jerarquía (patriarcado) y los hijos en la base, cualquier crítica o señalamiento al tabú de la sacralizada figura de la madre es considerada una herejía merecedora de la hoguera.  

El típico caso en el que la víctima de violencias invisibles (desamor o critica o exigencia extrema materna) no ha tenido nunca voz ni posibilidad de expresarse porque, al hacerlo, es condenado.  

Ese abandono o rechazo emocional jamás expresado puede comenzar a manifestarse en cualquier momento de la vida, con diferentes sensaciones de malestar físico o emocional, ataques de pánico, ansiedad, tristeza, fobias, temores irracionales, ataques de ira, frustración o explosividad, carácter pasivo o dictatorial, inseguridad para encontrar o mantener un trabajo adecuado, incapacidad de amar o de ser amado, dificultad para mantener una relación de pareja, desencuentros con los hijos, sensación de vacío existencial, ideas suicidas,  etc, etc, etc. 

Es importante que sepas que en un alto porcentaje es en la primera hija mujer donde se proyectan inconscientemente todas las frustraciones maternas con sus propias figuras maternantes o con la pareja o con la vida. Es por esta razón que  muchas veces es tan difícil  la relación entre madres e hijas. El inconsciente es implacable cuando no se ha recibido terapia y entonces  vas a estar condenada a intentar ser valorada o aceptada o amada por esa madre, con el agravante que es posible que dediques a ese objetivo el resto de tu vida.

Las madres incapaces de amar pueden ser madres narcisistas sin capacidad de introspección para entender sus fallas emocionales; por lo tanto, en general, nunca van a responder a tus esfuerzos por ser valorada o amada, y tendrás que aprender a gestionar esta frustración de no tener esa madre capaz de amar.

Por lo anterior es importantísimo realizar un proceso de sanación de las heridas causadas por estas vivencias, encontrar la raíz y la razón de los desaciertos maternos, entenderlos, transmutarlos, y fortalecer a ese niño o niña interior que ha quedado herido o vulnerable, con baja autoestima, lleno de rabia o frustración, con tendencia a establecer relaciones con seres maltratantes , con múltiples síntomas físicos o emocionales, y con dificultad para ser madres o padres diferentes a aquellos padres o madres introyectados en la infancia. 

Es posible sanar. Es posible dejar de sentirte culpable y dejar de esperar amor donde no lo hay o donde no lo puede haber, es posible lograr tu autonomía emocional y el paso de la niña que espera amor de su madre a la adulta capaz de automaternarse, es posible no repetir la historia de desencuentro emocional con tus hijos.

¿Qué hacer si siento que no puedo ser benigna con mis hijos?

Si siento que tengo que lograr que sean perfectos?, si siento que cada vez que muestran una fragilidad o error lo hacen para amargarme la vida?

Si te queda difícil mantener un carácter afable, conciliador, empático y paciente con tus hijos tienes que hacer terapia para poder liberarte de las raíces de infancia que te impiden ser un apoyo emocional  sereno y consistente para tu familia.

Una infancia sobre-exigida o sobre-criticada, en la que posiblemente no recibiste valoración o ternura por parte de tu madre, o en la que sí la recibiste pero condicionada, o en la que fuiste duramente castigada o en la que no tuviste voz o libertad. En la que tuviste que ser la protectora de tu madre ó de tu padre ó de tus hermanos, o en la que no te sentiste valorada o amada, puede llevarte a tener una ira reprimida por injusticias o por carencias emocionales tempranas.

Este árido terreno emocional puede ser sanado en un proceso terapéutico calificado, lo cual va a llevar a que no solo mejoren las interacciones vinculares sino la salud emocional de los adultos y  e preserve la estructuración de la personalidad de los niños y adolescentes.

Muchos padres, muchas madres no nos amaron, y aqui estamos, sanando.


por Juliana Villate MD, medico psiquiatra, psicoterapeuta y homeópata


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